Publicado el septiembre 5, 2024

La clave no es si los datos de su reloj son 100% precisos, sino aprender a interpretarlos como un sistema de alerta temprana y no como un diagnóstico médico definitivo.

  • La precisión de las mediciones (pulso, SpO2) se degrada significativamente con el movimiento, la colocación incorrecta del reloj y factores fisiológicos individuales.
  • Obsesionarse con cifras aisladas (ruido) en lugar de analizar tendencias a largo plazo (señal) puede generar ansiedad y visitas innecesarias al médico.

Recomendación: Utilice su reloj como un «copiloto de salud». Aprenda a identificar patrones anómalos sostenidos en el tiempo y a correlacionar los datos con su bienestar real, en lugar de reaccionar a cada notificación.

Ese gesto casi inconsciente de mirar la muñeca para comprobar el pulso, el nivel de oxígeno en sangre o el último gráfico de sueño se ha convertido en un ritual para millones de personas. Su reloj inteligente, equipado con sensores cada vez más sofisticados, promete una ventana directa a su estado de salud. Sin embargo, esta avalancha de datos a menudo genera más preguntas que respuestas. ¿Qué significa realmente esa caída nocturna de SpO2? ¿Por qué el pulso se dispara en el reloj durante una serie de pesas pero no se siente tan intenso? Para un usuario preocupado por su salud, ya sea por hipocondría o por optimizar su rendimiento deportivo, estas dudas pueden ser una fuente constante de estrés.

La respuesta habitual que se encuentra en todas partes es una advertencia genérica: «estos no son dispositivos médicos» y «consulte siempre a su médico». Si bien es un consejo prudente, deja al usuario en un limbo de incertidumbre. Si los datos no son fiables, ¿para qué sirven? Esta guía adopta una perspectiva diferente, la de un médico deportivo tecnológico. La pregunta fundamental no es si su reloj puede reemplazar a un cardiólogo —la respuesta es un rotundo no—, sino cómo puede usted, el usuario, transformarse en un intérprete inteligente de datos imperfectos.

La verdadera revolución de los wearables no reside en la precisión milimétrica de cada dato, sino en su capacidad para actuar como un copiloto de su salud. Se trata de aprender a diferenciar la señal (una tendencia preocupante que merece atención) del ruido (una lectura anómala causada por limitaciones técnicas). A lo largo de este artículo, desmitificaremos el funcionamiento de estos sensores, le enseñaremos a configurar su dispositivo para minimizar errores y, lo más importante, le daremos las herramientas para que los datos trabajen para usted, y no en su contra, reduciendo la ansiedad y potenciando un autoconocimiento informado.

Para navegar por este complejo ecosistema de datos de salud personal, hemos estructurado este análisis en varias secciones clave. Cada una aborda una preocupación específica, desde la precisión técnica de las mediciones hasta las implicaciones psicológicas y de privacidad, proporcionando respuestas claras y consejos prácticos.

¿Por qué tu reloj marca mal las pulsaciones cuando haces pesas o HIIT y cómo ajustarlo?

La frustración es común: estás en medio de una serie intensa de sentadillas o un sprint de HIIT, sientes que tu corazón va a mil, pero el reloj muestra una cifra extrañamente baja o picos erráticos. Esto no significa que el dispositivo esté defectuoso, sino que se enfrenta a los límites de su tecnología. Los relojes inteligentes utilizan la fotopletismografía (PPG), una técnica que emite luz LED verde sobre la piel y mide los cambios en el flujo sanguíneo para estimar la frecuencia cardíaca. Este método es eficaz en reposo o durante actividades rítmicas como correr, pero muy vulnerable al «ruido» físico.

Durante el levantamiento de pesas, la tensión muscular extrema en el antebrazo contrae los vasos sanguíneos y dificulta la lectura del flujo. En los entrenamientos de alta intensidad (HIIT), los movimientos bruscos y rápidos hacen que el reloj se mueva, rompiendo el contacto constante del sensor con la piel. Esta combinación de factores genera datos poco fiables. De hecho, aunque la tecnología mejora, un estudio reciente revela que los smartwatches presentan un sesgo promedio de ±3% al medir la frecuencia cardíaca en condiciones ideales, un margen que se amplía drásticamente con el movimiento.

Vista macro del sensor óptico verde de un reloj inteligente contra la piel

Como muestra la imagen, el contacto entre el sensor y la piel es fundamental. Para mitigar estos errores, no se necesita un reloj más caro, sino una mejor técnica de uso. La «calibración contextual» es clave: ajuste la correa para que quede firme justo antes de empezar, coloque el reloj un par de dedos por encima del hueso de la muñeca para evitar la interferencia de los músculos flexores y asegúrese de que tanto el sensor como la piel estén limpios. En lugar de obsesionarse con el pico de FC durante el esfuerzo, preste más atención a la frecuencia cardíaca de recuperación en los descansos, que es una métrica de salud cardiovascular más estable y relevante.

¿Cómo configurar la alerta SOS para personas mayores que viven solas?

Más allá del seguimiento deportivo, una de las funciones con mayor impacto real de los relojes inteligentes es su capacidad para actuar como un dispositivo de seguridad personal, especialmente para personas mayores o que viven solas. La función de detección de caídas y alerta SOS ha demostrado ser un salvavidas literal, reduciendo drásticamente el tiempo de respuesta en emergencias médicas.

La configuración de esta función es un paso proactivo crucial para la tranquilidad de toda la familia. Generalmente, se encuentra en la aplicación del reloj en el smartphone, bajo secciones como «Emergencia SOS» o «Seguridad». El proceso implica tres pasos fundamentales:

  1. Activar la Detección de Caídas: Esta opción permite que el reloj utilice sus acelerómetros y giroscopios para identificar una caída fuerte. Si el usuario no se mueve durante aproximadamente un minuto después de la caída, el reloj iniciará automáticamente una cuenta atrás para llamar a los servicios de emergencia.
  2. Configurar los Contactos de Emergencia: Añada los números de teléfono de familiares, cuidadores o vecinos cercanos. Una vez que la llamada a los servicios de emergencia finaliza, el reloj enviará un mensaje de texto a estos contactos con la ubicación del usuario.
  3. Añadir Datos Médicos: Rellene la ficha médica en la aplicación de salud del teléfono (nombre, edad, alergias, medicación, grupo sanguíneo). Esta información puede ser accesible desde la pantalla de bloqueo del reloj por los servicios de emergencia, incluso sin desbloquearlo.

Tal como destacan organizaciones dedicadas al bienestar de los mayores, los relojes más nuevos pueden solicitar asistencia médica de emergencia si el usuario sufre una caída y no puede levantarse. Algunos ecosistemas, como el de Apple, incluso permiten a familiares autorizados consultar los datos de salud de forma remota, creando una red de seguridad digital. Es vital realizar pruebas periódicas de la función SOS (la mayoría de los relojes tienen un modo de prueba que no llama a emergencias) para asegurarse de que todo está correctamente configurado.

¿Qué significan realmente las variaciones de oxígeno en sangre y cuándo deberías ir al médico?

Los datos que nos ofrecen son orientativos, ya que no son equipos médicos.

– El Corte Inglés – Guía de Salud Digital, Análisis de smartwatches para la salud

La medición de la saturación de oxígeno en sangre (SpO2) se popularizó masivamente durante la pandemia de COVID-19, pero su interpretación en un reloj inteligente requiere cautela y contexto. El sensor de SpO2 utiliza luz roja e infrarroja para estimar el nivel de oxígeno en los capilares de la muñeca. Al igual que con la frecuencia cardíaca, su precisión se ve afectada por el movimiento, la temperatura de la piel, el ajuste del reloj e incluso el tono de la piel. Por ello, una lectura aislada y baja no debe ser motivo de pánico inmediato.

Desde una perspectiva médica, los profesionales consideran que el rango de saturación de oxígeno del 95-100% es normal para un adulto sano a nivel del mar. Los valores pueden disminuir ligeramente durante el sueño o a gran altitud. La clave, de nuevo, no es una cifra única, sino la tendencia y el contexto. Una caída puntual al 93% mientras duermes probablemente se deba a una mala posición del brazo que dificulta la lectura. Una tendencia sostenida de lecturas por debajo del 94% a lo largo de varios días, especialmente si se acompaña de síntomas como fatiga inusual, mareos o dificultad para respirar, sí es un «signal» que justifica una consulta médica.

En lugar de reaccionar a cada alerta, adopte un enfoque de «científico de datos» de su propio cuerpo. Si observa lecturas nocturnas consistentemente bajas, podría ser un indicio para investigar una posible apnea del sueño con un profesional. Cuando acuda al médico, no le presente una captura de pantalla de una sola lectura baja; muéstrele el gráfico de tendencias de las últimas dos semanas. Esa visión global es la información verdaderamente valiosa que su «copiloto de salud» puede proporcionar.

Plan de acción para interpretar sus lecturas de SpO2

  1. Lecturas entre 95-100%: Considerado normal. No se requiere ninguna acción, es la señal de una correcta oxigenación.
  2. Lecturas entre 92-94%: No alarmarse. Monitorear las tendencias durante varios días y verificar que el reloj esté bien ajustado. Consultar si la tendencia persiste.
  3. Lecturas por debajo de 92%: Si la lectura es consistente y se acompaña de síntomas (fatiga, mareos, dificultad para respirar), es momento de consultar a un médico.
  4. Múltiples caídas nocturnas: Si el gráfico muestra caídas repetidas durante la noche, podría ser un indicio de apnea del sueño. Es una razón válida para solicitar un estudio del sueño.
  5. Preparación para la consulta: Al visitar al médico, presente los gráficos de tendencias de las últimas 2 semanas, no lecturas aisladas. El patrón es más informativo que un solo número.

El peligro de obsesionarse con los datos del reloj (ortosomnia) y crear ansiedad innecesaria

Si bien los relojes inteligentes pueden ser herramientas poderosas para el autoconocimiento, también pueden convertirse en una fuente de ansiedad y preocupación desmedida. Este fenómeno, a veces llamado «ortosomnia» (la obsesión por lograr un sueño perfecto medido por un dispositivo) o, más ampliamente, «ansiedad por cuantificación», es un efecto secundario cada vez más documentado. El usuario hipocondríaco o el deportista ultraperfeccionista son especialmente vulnerables a caer en este círculo vicioso.

El problema surge cuando se otorga un estatus de verdad absoluta a cada dato. Una noche con una puntuación de sueño «mala», una ligera elevación del pulso en reposo o una caída de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) pueden ser interpretados como un presagio de enfermedad, generando un estrés que, irónicamente, afecta negativamente a esas mismas métricas. Como advierten los expertos, el uso de wearables puede llegar a ser contraproducente, ya que los resultados pueden desembocar en pruebas médicas innecesarias o causar un exagerado estado de ansiedad. Se han documentado casos de usuarios que, tras recibir una alerta de ritmo irregular, desarrollan una hipervigilancia que les lleva a realizar decenas de comprobaciones diarias, generando síntomas físicos de ansiedad que el propio reloj vuelve a interpretar como anomalías cardíacas.

Persona preocupada rodeada de visualizaciones abstractas de datos de salud

Reconocer los signos de esta obsesión es el primer paso para combatirla. Si se encuentra verificando sus métricas compulsivamente, si una mala puntuación arruina su estado de ánimo o si los datos le generan más preocupación que tranquilidad, es hora de recalibrar su relación con el dispositivo. Desactive las notificaciones no esenciales, establezca momentos específicos del día para revisar los datos (por ejemplo, solo por la mañana) y recuerde el principio fundamental: el reloj es un copiloto, no el juez de su bienestar. La sensación subjetiva de descanso y energía sigue siendo el indicador de salud más importante.

¿Venden las marcas de relojes tus datos de ritmo cardíaco a las aseguradoras?

La ingente cantidad de datos de salud que recopilan nuestros relojes plantea una pregunta legítima y recurrente: ¿quién tiene acceso a esta información y cómo se utiliza? La preocupación principal es que estos datos, que reflejan nuestro estilo de vida, patrones de sueño y salud cardiovascular, puedan ser utilizados por compañías de seguros para ajustar primas o denegar coberturas. El hecho de que, según estudios, un 42% de los usuarios que utilizan apps de salud lo hagan al menos una vez al día demuestra la escala masiva de esta recopilación de datos.

La respuesta directa a la pregunta es, en la mayoría de los casos, «no, no directamente». Las grandes marcas como Apple, Samsung o Garmin tienen políticas de privacidad que, por lo general, prohíben la venta de datos de salud personales identificables a terceros, como las aseguradoras, sin el consentimiento explícito del usuario. Sin embargo, la realidad es más matizada. El modelo que está emergiendo no es una venta encubierta, sino un intercambio voluntario.

Cada vez más aseguradoras ofrecen programas de «bienestar» en los que los clientes pueden optar por compartir los datos de su actividad física y sueño de sus wearables a cambio de recompensas, descuentos en sus primas o beneficios. En este escenario, es el usuario quien da el consentimiento directo. Otro aspecto a considerar es el uso de «datos anonimizados y agregados» para investigación, una práctica común que se detalla en los términos y condiciones. Si bien estos datos no están vinculados a su nombre, contribuyen a grandes bases de datos que pueden ser utilizadas para desarrollar nuevos productos o estudios epidemiológicos. Para una comprensión más detallada de estas cuestiones, las preguntas frecuentes al final de este artículo ofrecen respuestas específicas.

¿Es peligroso vivir cerca de una antena de telefonía o es un mito sin base científica?

La preocupación por la radiación electromagnética no es nueva, y el debate sobre la seguridad de las antenas de telefonía móvil ha existido durante décadas. Sin embargo, muchas personas que se preocupan por una antena a 500 metros de su casa no dudan en llevar un dispositivo emisor de radiofrecuencia pegado a su piel las 24 horas del día. Es útil poner en perspectiva la radiación emitida por un smartwatch en comparación con otras fuentes de nuestro entorno.

Tanto los teléfonos como los relojes inteligentes emiten radiación no ionizante, un tipo de energía de bajo nivel que no es lo suficientemente fuerte como para dañar el ADN. La exposición a esta radiación se mide mediante la Tasa de Absorción Específica (SAR, por sus siglas en inglés), que cuantifica la cantidad de energía de radiofrecuencia absorbida por el cuerpo. Los organismos reguladores, como la FCC en EE. UU. o la Comisión Europea, establecen límites de seguridad muy estrictos para estos valores.

Los relojes inteligentes, que se comunican principalmente a través de Bluetooth de baja energía, tienen valores de SAR extremadamente bajos. Un smartwatch típico tiene un valor SAR por debajo de 0.5 W/kg, mientras que el límite de seguridad suele ser de 2.0 W/kg (en Europa). En comparación, un smartphone sostenido contra la oreja durante una llamada puede alcanzar valores de 1.0 a 1.6 W/kg. Esto significa que su teléfono en el bolsillo emite significativamente más radiación que su reloj en la muñeca. El verdadero riesgo documentado en los wearables no está en la radiación, sino en las vulnerabilidades de ciberseguridad durante la transmisión de datos de salud.

Para contextualizar aún más, el siguiente cuadro compara las emisiones típicas de varios dispositivos cotidianos, demostrando que la exposición del smartwatch es mínima en el panorama general.

Dispositivo SAR típico (W/kg) Distancia del cuerpo Tiempo de exposición diario
Smartwatch 0.3-0.5 Contacto directo 12-24 horas
Smartphone 1.0-1.6 Variable 4-6 horas
Router WiFi 0.08-0.2 1-5 metros Continua
Microondas 5.0 (contenido) 30cm+ Minutos

¿Por qué las notificaciones rojas están diseñadas biológicamente para estresarte y cómo desactivarlas?

Esa alerta roja con un icono de corazón y el texto «Ritmo irregular detectado» no está diseñada para ser ignorada. Su color, su icono y su interrupción repentina están calibrados por la psicología del diseño para provocar una respuesta de alerta inmediata. El color rojo está biológicamente cableado en nuestro cerebro para señalar peligro o urgencia, desencadenando una liberación de cortisol, la hormona del estrés. Es el mismo principio que hace que nos detengamos ante un semáforo en rojo o que una señal de «stop» capte nuestra atención.

Los fabricantes de tecnología son muy conscientes de este efecto. Un estudio interno de Apple, por ejemplo, mostró que un alto porcentaje de usuarios experimentaba un aumento de la ansiedad al recibir estas alertas, lo que llevó a la compañía a introducir más opciones de personalización. Algunas marcas, como Samsung, han adoptado un enfoque más matizado, utilizando colores como el amarillo para alertas menos críticas (por ejemplo, recordatorios de actividad) y reservando el rojo intenso solo para emergencias confirmadas como la detección de una caída. Este diseño deliberado, si bien es eficaz para captar la atención en una emergencia real, puede ser contraproducente en el día a día, contribuyendo a la «ansiedad por cuantificación» que ya hemos discutido.

La buena noticia es que usted puede y debe retomar el control de este bombardeo de estímulos. La clave es personalizar las notificaciones para que sirvan a un propósito informativo en lugar de ser una fuente de estrés constante. Esto implica una auditoría consciente de la configuración de su reloj:

  • Desactive las alertas de frecuencia cardíaca alta durante el ejercicio. Es normal y esperado que su pulso supere los 120-150 lpm durante el deporte; no necesita una alerta para ello.
  • Personalice los umbrales. Si es una persona con un pulso en reposo naturalmente más alto, ajuste el umbral de alerta de 90 lpm por defecto a 100 o 110 lpm para evitar falsas alarmas.
  • Programe un modo «No Molestar» nocturno. Esto evitará que alertas sobre variaciones normales del pulso o del oxígeno durante el sueño interrumpan su descanso.
  • Opte por la revisión programada. En lugar de recibir notificaciones instantáneas, cultive el hábito de revisar sus gráficos y tendencias una vez al día, en un momento de calma.

Puntos clave a recordar

  • Su reloj es un generador de hipótesis, no de diagnósticos. Utilícelo para detectar patrones, no para reaccionar a cifras aisladas.
  • La precisión de los sensores ópticos es inherentemente limitada por el movimiento y el contacto con la piel. Comprender esto es clave para no malinterpretar los datos.
  • La ansiedad generada por la obsesión con los datos (ortosomnia) es un riesgo real. Priorice su sensación subjetiva de bienestar sobre las puntuaciones del dispositivo.

¿Cómo interpretar los gráficos de sueño de tu móvil para despertarte menos cansado?

Junto con los pasos y la frecuencia cardíaca, el seguimiento del sueño es una de las funciones más populares de los wearables. Sin embargo, muchos usuarios se sienten frustrados al ver una puntuación de sueño baja a pesar de haber dormido 8 horas, o viceversa. El primer paso para una interpretación útil es aceptar una limitación fundamental: los relojes inteligentes no son muy precisos midiendo el sueño. Utilizan el movimiento (actigrafía) y la frecuencia cardíaca para estimar las fases del sueño (ligero, profundo, REM), pero no pueden medir la actividad cerebral como lo hace un electroencefalograma (EEG) en un laboratorio del sueño. De hecho, investigaciones sobre precisión del monitoreo del sueño indican que los smartwatches sobreestiman el tiempo total de sueño con errores que pueden superar el 10%.

Entonces, ¿son inútiles estos gráficos? No, si se utilizan correctamente. Olvídese de la precisión de cada minuto en fase «profunda» o «REM». El valor reside en identificar tendencias y correlaciones. Use el gráfico como un diario objetivo para ver cómo ciertos hábitos afectan a la calidad general de su descanso. El objetivo es convertirse en un detective de su propio sueño.

Por ejemplo, puede realizar un experimento de 7 días, cambiando una sola variable cada día y observando su impacto en las tendencias del gráfico y, más importante, en cómo se siente al despertar. Este enfoque transforma el gráfico de un boletín de notas que le juzga en una herramienta de experimentación personal:

  • Día 1: No tome cafeína después de las 14:00. Observe si la latencia del sueño (tiempo para dormirse) disminuye.
  • Día 2: Realice 30 minutos de ejercicio moderado por la tarde. ¿Aumenta el tiempo estimado en sueño profundo?
  • Día 3: Cene al menos 3 horas antes de acostarse. ¿Hay menos interrupciones nocturnas?
  • Día 4: Asegúrese de que la habitación esté a 18-20°C. ¿Mejora la consistencia del sueño?
  • Día 5: Apague todas las pantallas 1 hora antes de dormir. ¿El sueño REM, asociado a la consolidación de la memoria, muestra una tendencia al alza?

Al correlacionar los datos con sus acciones y su sensación subjetiva de descanso, el gráfico de sueño pasa de ser una fuente de ansiedad a un valioso aliado para construir una mejor higiene del sueño.

Preguntas frecuentes sobre Te puedes fiar del electrocardiograma o el oxígeno en sangre de tu reloj inteligente?

¿Las marcas venden directamente mis datos a las aseguradoras?

No, las grandes marcas como Apple o Samsung no venden datos individuales. Las aseguradoras ofrecen programas voluntarios donde tú compartes datos a cambio de descuentos.

¿Qué son los ‘datos anonimizados para investigación’?

Son datos agregados sin identificación personal que las empresas pueden usar para mejorar productos o investigación médica, según sus términos y condiciones.

¿Pueden afectar mis datos de smartwatch el precio de mi seguro?

Actualmente no es práctica común, pero en el futuro podría implementarse un modelo de ‘precios dinámicos’ similar a los seguros de coche basados en uso.

Escrito por Roberto Gil, Especialista en Tecnología de Consumo, Wearables y Domótica. 10 años analizando la convergencia entre estilo de vida digital, salud y hogar inteligente (Smart Home).